
El coeficiente intelectual (CI) determina lo que una persona sabe, pero la inteligencia emocional (IE) determina lo que hará. El CI puede permitir que una persona ingrese a una organización, pero la inteligencia emocional le permitirá crecer dentro de ella.
En este contexto, el desarrollo de una organización y sus miembros depende en gran medida de la inteligencia emocional.
Esto significa que una organización debería evaluar:
- Técnicas de selección de personal: Las dinámicas grupales pueden ser efectivas para evaluar cómo una persona interactúa con entornos o situaciones específicas, junto con evaluaciones que midan las capacidades emocionales del individuo.
- Liderazgo de los principales gerentes y colaboradores: Según Goleman, la inteligencia emocional puede desarrollarse mediante coaching o apoyo terapéutico para aumentar la autoconciencia emocional.
- Técnicas genéricas: Estas incluyen capacitar a las personas en habilidades secundarias para evaluar el trabajo, a los miembros del equipo y la disposición. Crear espacios de reunión informales también puede mejorar las dinámicas grupales y la atención plena.
En una organización inteligente, los empleados asumen la responsabilidad de mejorar su propia inteligencia emocional a través de la autoconciencia, la regulación emocional y la automotivación.
Para construir una organización con inteligencia emocional, los equipos necesitan desarrollar:
- Dominio personal: Reconocer las propias habilidades y las de los demás dentro de la organización.
- Visión compartida: Establecer una visión de metas que se convierta en una fuente de inspiración y productividad dentro de la organización.
- Aprendizaje en equipo: Fomentar el trabajo en equipo para ir más allá de las perspectivas individuales y apoyar el desarrollo colaborativo.
- Modelos mentales: Establecer paradigmas o marcos inconscientes.
- Pensamiento sistémico: Integrar estas disciplinas para cambiar las perspectivas sobre las situaciones, reconociendo las interrelaciones en lugar de verlas como cadenas lineales.
La inteligencia emocional se puede aprender. Los estudios científicos respaldan la idea de que una mente colectiva puede ser más inteligente que la mente individual.